Venus identifica la energía a través de la cual nos conectamos con lo que nos atrae, lo que nos da placer, la forma en que expresamos nuestra afinidad con la armonía y el bienestar en la vida. Venus es el nombre latino de la diosa Afrodita griega. El Venus Star Point se produce en el momento en que Venus se une al Sol en su continua danza de regeneración del principio de vida: la fuerza erótica de atracción y deseo hacia la creación de vida. La vida, es el arte de la interpretación del sentido y Venus como arquetipo de la belleza entendida como belleza de la armonía de la existencia, es el impulso del Eros, de la pulsión erótica de vida. Representa el movimiento alquímico del paso de la nada al ser como acto creativo de conciencia sobre la armonía de la existencia. Entre ambos en su continuo movimiento alrededor del Sol conforman una particular figura que dibujan en el transcurso de un ciclo de 8 años. Cada ciclo se inicia con la alineación de las elípticas de Venus, la Tierra y el Sol en un punto; a partir de ese momento van conjuntamente diseñando 5 encuentros mágicos que conforman los vértices de una estrella de 5 puntas, en geometría llamado pentagrama. En esa figura queda manifestada la proporción que rige el mundo, el número áureo o Phi y que encierra los interrogantes de la existencia. La armonía del número áureo o Phi surge de la proporción entre el tiempo en que la Tierra da una vuelta al Sol (365,256 días) y lo que le lleva a Venus hacerlo (224,701 días). La división de estos dos tiempos es 0,615187, 8-13. El tiempo que le lleva a la Tierra dar 8 vueltas alrededor del Sol, a Venus 13, y en ese ciclo Venus y el Sol se unen 5 veces. O sea que son 5 alineaciones en 8 años vueltas de la Tierra y 13 de Venus. La sucesión áurea es: 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, …etc. Esta proporción es la que rige la figura geométrica del pentágono (estrella de cinco puntas) y que está presente en la naturaleza, en el cuerpo humano, en la música, en el arte. Recordemos que Leonardo Da Vinci y su obra el hombre de Vitrubio, muestra la proporción como la medida de la perfección, la armonía de la perfección, la belleza Para Pitágoras, maestro de Platón (el círculo órfico), la proporción áurea es el ritmo de la partitura de la armonía de la relación del hombre con el cosmos.
Esa poesía universal que atraviesa todas las cosas se refleja en infinidad de lenguajes, pero sin dudas es la potencia creadora venusina del arte de la existencia la que expresa la dinámica de la dualidad entre lo individual y lo colectivo como continua retroalimentación y como canal por el cual el trasfondo común (planetas transpersonales Urano, Neptuno y Plutón) se manifiesta en cada proceso colectivo (Júpiter y Saturno) como analogía de ese común denominador en el que nos encontramos como parte constitutiva del mundo para que nuestra psique que tiene formas definidas que son las energías de los Planetas personales: Sol, Luna, Mercurio, Venus y Marte, de los que surge la fuerza y la forma de nuestro actuar concreto. A estas formas son a lo que llamamos arquetipos no como representación sino como analogía y sincronicidad. Los arquetipos se manifiestan desde la idea de tiempo como un continuo tiempo en el ahora de la historia personal de la conciencia individual.
Mariana