La unión de Júpiter con Neptuno en el signo de Piscis marca una concentración energética de altísima intensidad que nos permite acceder a un estado de conciencia mayor sobre nuestros propósitos y alinearnos hacia ellos. Aunque en principio nos puede resultar difícil manejarla y nos sintamos abrumados, agotados y quizás en el sector en donde se forme esta conjunción en nuestra carta, un poco confundidos, desorganizados y en algunos casos con un fuerte y marcado sentido de pérdida de sentido y desilusión. Luego nos va a permitir transmutar todos esos sentimientos o sucesos redireccionando acciones y objetivos.

Este caudal de energía está abriendo una nueva etapa en nuestras vidas, que (de acuerdo a los procesos y planetas que tengamos en nuestra carta natal) lo estaremos vivenciando de diferentes maneras, pero que encierran de por sí la disolución de las barreras de todo aquello que hemos estado de una u otra forma postergando u ocultando. Es por esta razón que podemos sentirnos desanimados…. porque de lo que trata este movimiento planetario es de correr el velo de lo ilusorio, de lo que queremos que se mantenga de la forma que nosotros deseamos que se mantenga. La vida tiene ciclos de reorientación y estamos en uno de los más poderosos.

Que haya disolución no es intrínsecamente algo nocivo, porque lo que Neptuno diluye es lo que está fundado en falsas ilusiones. La acción de Júpiter es la de darnos la oportunidad de acceder a una comprensión más amplia desde nuestra unidad con nuestros sueños. Finalmente lo que se está poniendo en evidencia es qué sueño estamos persiguiendo en nuestras vidas. Qué es lo que nos da sentido y en qué grado de sintonía estamos entre nuestros deseos y nuestras acciones. Este es sin dudas un período de reorientación y cuestionamiento sobre cuáles son nuestros sueños…. Porque los vamos a tener que definir para poder accionar sobre lo concreto y real. Estamos a días del eclipse de Sol en Tauro (30 de abril), que nos abre puertas a nuevas posibilidades de estabilización y claridad interna.

De lo que nos tenemos que cuidar en estos tiempos es del desencanto y de la pérdida de sentido en que nos puede colocar este tránsito, así como el de las falsas ilusiones y evasiones a las que la marea pisciana nos puede arrastrar. Es un excelente momento para Reconectarnos, porque si podemos contener la sensación de desestabilización que trae este momento y la podemos comprender como un momento de apertura… vamos a poder redireccionar nuestra potencia creativa y darle espacio a nuevos canales concretos de expresión a nuestros proyectos personales y emocionales.

Si bien es cierto que estamos en un momento de profundísimos cambios a nivel mundial…. es un muy buen momento para conectarnos con nuestros valores, poder potenciar transformaciones internas y poder sostener lo que verdaderamente nos hace trascendernos. Muchas ilusiones que tienen su fundamento en lo externo caen, pero que mejor que poder conectar con nuestra propia unicidad para retomar el sentido desde nuestro interior hacia la manifestación externa.

La conjunción de Júpiter y Neptuno en Piscis se produce en sextil a Plutón (ya despidiéndose de Capricornio) y al Nodo Norte en Tauro y con Mercurio en Tauro. Capricornio y Tauro son signos de Tierra (concreción y estabilidad a futuro). Tenemos la enorme posibilidad de accionar concretamente hacia estabilidades a futuro….. pero para ello es imprescindible que todo lo ficticio caiga. Todo lo nebuloso, poco claro, evasivo e ilusorio de disuelva. Sólo desde lo real es desde donde podemos construir.

La energía de la unión de Júpiter con Neptuno en Piscis nos da la posibilidad de bucear en nuestro interior para reconectarnos con nuestras posibilidades de comprensión de que el estar abierto a la vida es un poderoso acto de amor.

Entre el mundo de ilusión y sueños, y el mundo de lo posible se encuentra un trabajo consciente de realización. Hacia allí vamos…..

Mariana