Luego de la semana que pasó con un componente sumamente emocional en la que la mayoría ha vivenciado algún tipo de contacto interno con las zonas más vulnerables, con los miedos más profundos, con aquellos que obnubilan y que por su espesor arrastran y desintegran porque son aquellos que marcan límite y finales (reales o emocionales). Pero no tenemos que entender límite y final sólo como pérdida, porque los límites son los que nos permiten permanecer en lo vida y en la existencia. Saber de límites y finales es saber de nosotros en la medida en que dejemos atrás la idea de límite como pérdida el espacio de definición se abre ante nosotros como inmensidad posible. Esta semana está signada por la presencia de la dimensión de lo posible y hay quienes (de acuerdo a su configuración) se sentirán nublados, emocionalmente invadidos y paralizados. Estamos con Mercurio en Piscis junto a un stellium, la racionalidad se encuentra nublada, obstaculizando la concentración y el pensamiento (Mercurio) está teñido (conjunción a Neptuno) con la imaginación llevándonos a no tener una real lectura y comprensión generando miedos, inseguridades y demás sentimientos dignos de sentimientos propios de la literatura de la época del romanticismo. Otros podrán evaluar dejar toda decisión y consideración para otro momento o evadirse y resguardarse en la ilusión de que se pueden traspasar esos límites como si no existiesen. Tanto una actitud como la otra pueden llevarnos a tener una lectura errónea, por este motivo será muy importante tomar distancia emocional y conectarnos con la realidad concreta en la que nos encontramos y cambiar lo que tengamos que modificar y disfrutar de lo que tengamos que disfrutar. Contactar con cómo pensamos y actuamos, en qué nos engañamos y qué es lo que nos hace dudar de nuestra capacidad, de nuestra potencialidad y en el fondo de nosotros mismos como posibles. Estamos ingresando en un tiempo en el que Júpiter comenzará a retrogradar en Escorpio Júpiter comenzará a retrogradar en Escorpio (9 de marzo) y ya está ubicado en su grado de retrogradación (23°). Esto significa que tenemos que cuidarnos. Cuando hablo de cuidar, no sólo es en términos de salud sino también  desde la noción de «cura» (cuidado) de nuestra existencia y esto está vinculado a rever todo lo que comprende el medio y las personas con las nos movemos, cómo nos afectan y qué aportan para nuestro desarrollo tanto como personas libres, como para nuestro sistema de valores, qué y cómo damos, y qué y cómo recibimos. Esta semana que comienza incluirá la Luna Llena en Virgo el 1ro. de Marzo, por lo que estos días son propicios para ponerse en movimiento en lo concreto con temas de salud, de alimentación, y sobre todo en discriminar aquellas formas de pensar que nos desordenan y desorganizan para poner orden en nuestro espacio mental y darle espacio a la dimensión concreta a lo posible, aquello por lo que finalmente estamos trabajando fuertemente desde que Saturno entró en Capricornio, que permite la comprensión de construcción de libertad. (link: Saturno en Capricornio internalización del tiempo como libertad- por signo-

Mariana