Llegamos a la mitad del año calendario marcado por el Solsticio del 21 de Junio, culminaciones e inicios disputan un lugar, un espacio en común y una dinámica especial de necesidad de dar un paso hacia adelante, de concretar lo que está en suspensión. La particularidad de esta Luna es que se forma acompañada de Mercurio y llega donde ya se encuentran el Sol y Marte.

Marte en Cáncer es energía masculina aprisionada, la capacidad de acción es hacia la interioridad y esta no es la función que le quede más cómoda. A esta situación se le suma la apertura que brindan las Lunas Nuevas con la dinámica proporcionada por Mercurio. Este Stellium (varios planetas en un signo) con que recibimos la Luna Nueva se encuentra en oposición a Plutón y a Juno. Para explicar qué significa esto podría decir que es un aspecto de ¡¡mucha tensión!!! para que no nos olvidemos (Neptuno Retrógrado) y que aprovechemos al máximo esta posibilidad de modificar radicalmente la manera en que desde el cuidado propio nos proyectamos hacia el mundo y las relaciones. Es tiempo de crear, de construir, de intentar balancear el ámbito profesional con la necesidad de sentirnos refugiados. Crear ambientes nuevos que nos contengan es el reto. Transformar ámbitos del hogar, laboral, profesional y relacional, en espacios habitables, transformarnos nosotros en posibles de habitarnos en primer lugar para permitir ser habitados, en ese espacio indecible que alberga lo genuino.

La energía de Urano que sigue fuerte junto a Eris unida a Pallas en Aries puede ser violenta, como uno de los puntos que conforman la Gran Cruz Cardinal, junto a Plutón en Capricornio; Júpiter en Libra y Marte en Cáncer -reforzado por la Luna Nueva-), en pos de luchar por lo que se busca. Una Gran Cruz Cardinal nos enfrenta a reorganizar nuestra identidad, esta figura se formó a fines de 2016 y en Abril de 2014. Si recordamos en qué andábamos en esta época, podremos tener una idea aproximada de qué temas se estarán movilizando para terminarlos y dar vuelta por fin la página. La identidad puede sentirse avasallada si no la afirmamos, la afirmación puede alejarnos de aquello que no nos sirve -eso es bueno-, pero hay que saber y poder alejarse entendiendo y esto va a ser la tensión entre lo interno y externo que se presente. Es un equilibrio muy delgado, es un equilibrio que se encuentra en estar conectados íntima y ferozmente con uno mismo y permitiendo que lo nuevo entre para construir y desarrollarse en nuestras vidas.

Para tener en cuenta en este período hasta el 21 de agosto: es importantísimo que en estos días hasta que se forme el eclipse en Leo, estemos dedicados a hacer y a realizar nuestros proyectos. Con esta lunación tenemos a Venus en Tauro, en sextil a Marte, trígono Plutón-Juno, configuraciones que nos permiten apoyarnos para valorarnos y valorar nuestro trabajo y esfuerzo en trazar el camino hacia el deseo.

Reivindicando la posición de Urano con Pallas tengo que decir que hace una muy buena configuración con esta Luna, otorgándole brillo e intensidad y además al encontrarse por un tiempo más en trígono con Saturno, es un óptimo período (con los recaudos planteados), para que las cosas en las cuales nos proyectamos sucedan. Con trabajo y mucha confianza en las propias capacidades para llevar adelante lo propuesto desde la interioridad y desde el trabajo de estos seis meses que pasaron de 2017.

Muchos Cariños!!!!

Mariana