Si pensáramos un buen día para sacar fuera todo aquello que nos está presionando por dentro y para poner sanos límites a nuestros pensamientos y al entorno que nos rodea son hoy y mañana 10 y 11 de Enero.  La profundidad y radicalidad de estos dos días, son un punto estratégico para saber de la realidad y del cambio emocional que tenemos que promover. Suena duro, pero es indispensable. Centrarse en sí mismo para dirigir la acción, salir del ego hacia un cambio de forma y de imagen. Las discusiones, los distanciamientos van a ser reflejo y espejo de las luchas internas que tengamos que resolver. Por esta razón es importante tener en cuenta qué parte de nosotros queremos transformar, saliendo de una emocionalidad paralizante y asfixiante para comenzar a dirigir la acción hacia espacios reales de manifestación de lo que queremos conseguir en este año, porque esa decisión nos acompañará por al menos 2 años hacia adelante. El deseo de cambio y de gozo de la vida está, pero también está en nuestras manos desinhibirnos de nuestro espejo y reconocer nuestro aspecto destructivo. Nuestra sombra, nuestro miedo, nuestra sensación de fracaso y soledad,, porque es desde allí desde donde podremos reconstruirnos, re inventarios, vivir de forma fascinante como la vida merece ser vivida. Es un momento muy dinámico y de muchas posibilidades, pero tendremos que contener el caudal emotivo, y estar dispuestos a alejarnos  de lo que no nos hace bien. Momento de preparar en forma realista el plan de acción del año, que se presentará con varios momentos de crisis que serán positivas si sabemos dónde y qué queremos. Hoy Mercurio ingresa a Capricornio para poder poner palabras a lo que sentimos. Poder decir, poder expresar en forma clara y concreta qué es lo que necesitamos, sin por eso sentirnos débiles. Tomemos estos días para profundizar en lo que queremos y en sacar a la luz la verdad de las relaciones, las verdades que operan por debajo de nuestra acción, para que del 23 al 25 de Enero (ya con el Sol en Acuario), podamos liberarnos de nuestros procesos de sometimiento a nosotros mismos y relaciones desde otra concepción  hagan su ingreso. La tarea quizás no sea fácil ni sencilla, y sobre todo dolorosa, pero es imprescindible para no quedar absorbidos por  la fuerte potencia plutoniana que estamos viviendo, aquella fuerza que nos puede llevar a las profundidades y aquietarnos por la densidad que implica. Sigamos el camino de Venus en su sextil a Marte/ Júpiter, y en tensión con Urano. Desde allí podemos tomar una nueva valoración sobre nosotros y sobre el entorno. Es lo que podemos llamar Sanos Límites. Un aprendizaje sobre el Amor y nuestra interioridad.

Mariana