Si bien los días 2 y 3 de noviembre estamos transitando un momento de distanciamiento, de enfriamiento referente a las relaciones y al amor, no por ello implica que no estemos procesando internamente las necesarias transformaciones en el concepto de entrega, evaluando minuciosamente con la ayuda de Mercurio en Escorpio cada relación que estamos llevando adelante (sea en todas sus variantes: pareja, parentales, y de amistad), porque en cada una de ellas el amor debe estar presente como sustrato de valor. Como estos momentos, además de haber sido muy emocionales, son principalmente de encuentro con nosotros mismos y de imperiosa necesidad de expresión interna, razón por la cual estamos seleccionando exhaustivamente la calidad  de cada una de ellas. Luego del 4 de noviembre de la Luna Llena en Tauro, Venus: planeta que referencia al amor, a la definición propia de los valores, a lo que nos atrae, entra el 7 de noviembre en Escorpio. ¿Qué significa esto? Significa que la intensidad y la fuerza de transformación estarán unidas. La sensualidad de las emociones llegarán a tocar sus límites y a trascenderlos. Toda relación se verá intensificada desde la sensualidad y la sexualidad. Retornos, encuentros desde el todo o nada, desde la valoración. Las relaciones que estén basadas en el poder del uno sobre el otro, propias de las personas con un Plutón,  fuerte en su Carta quizás estén exaltadas, pero si sólo están sostenidas desde la posesión, generarán reactividad.  Con Júpiter en Escorpio hay un sentido más allá de lo sexual, que es la sutileza inquietante y movilizante de lo sensual, y de lo envolvente de lo que implica traspasar el Yo en la unión en un Tú. La emoción y el sentimiento estarán a flor de piel, nos sentiremos movilizados desde lo más visceral porque la trascendencia es desde lo interno, focalizando desde la intensidad. Venus se encontrará transformada, queriendo explorar y abrir espacios nuevos cuando el 9 de noviembre comencemos  a sentir la influencia del encuentro con Júpiter. Este encuentro que se da una vez al año, se lo llama el día más benéfico. Son unos días que podemos tomarlos desde el 8 al 12 en los cuales, si bien ocurren situaciones que quizás pueden parecernos contrarias a nuestras expectativas, en realidad son el preámbulo para un mayor bienestar en la medida en que sepamos estar abiertos a procesos de expansión y crecimiento en lo referente a las relaciones y a lo material económico, a la valoración sobre nosotros y hacia los demás. Por eso fue tan importante el mes de Octubre, porque con Mercurio en Escorpio pudimos escudriñar dentro de nuestra conciencia aquello que nos bloquea, para evaluar muy profundamente los contextos que debemos cambiar o transformar. Cuando la unión de estos dos benéficos ocurra, Mercurio ya estará (a partir del 6) en Sagitario para conectarnos con la confianza en nuestro aprendizaje. Pero de esto hablaré después porque hay que tener en cuenta que el 15 de noviembre Mercurio comienza un período que volverá a transitar en su retrogradación del 4 de diciembre. Sin dudas Noviembre es un mes en el que comenzamos a sentir otras energías, otras vivencias que están preparando el 2018.